miércoles, 6 de octubre de 2010

Bailando el baile de los "agarres"

El término “agarre” se ha convertido en uno de los colectivos neolingüisticos más generalizados. Si no pudiste con ellas dirás que fueron solo un agarre, y si pudiste con ellas dirás también lo mismo. Si fracasaste a la etapa: “vamos a casa para que conozcas a mis apis”, dirás que fue solo tu agarre; y si fuiste tú el que decidió tenerla de contrabando nomás, dirás lo mismo. Es así que en la filosofía del machazo ganador, ellas siempre pierden. Pero qué sucede si son ellas las que simplemente deciden tenernos de agarre.

Es así que en los últimos años el término ya no es exclusividad de aquellos caballeros despechados y de los otros que se hacen llamar “winner”, sino por el contrario es también ahora de uso femenino. Ahora ellas también nos tienen de agarre. Reconozcámoslo.


Debo mencionar que en mi corto historial de filtreos, remembres, y de más, no he tenido muchos agarres, soy más de esos que se enamora con facilidad, no puedo jugar a regímenes temporales, ¡soy de los definitivos! por utilizar términos aduaneros que hoy por hoy están en boga. En resumen me pongo como cuerda de guitarra al toque. Y aún sabiendo que gozo de gran destreza para la práctica del juego del “templado monce”, pensé en viajar y visitar a la chica con la que estuve saliendo todo el verano pasado, y que ha esquivado olímpicamente mis correos y llamadas telefónicas en las últimas semanas. Quizá mi capacidad de entendimiento era ajena a esos amores de vado y gorrión, y no podía asimilar que algo tan maravilloso podría terminarse sencillamente por la distancia o un simple viaje. Caramba, no dicen acaso que el amor puede contra todo. Y yo, estaba enamorado.


Por otro lado me resistía (no sé si por carecer de falsa vanidad) por choteado a utilizar la filosofía del “winner”, y comentar en cenáculos y tertulias que la chica que conocí en la playa el último verano fue simplemente mi agarre (y eso que yo sí llegué a la etapa de conocer su casa y a sus apis). Ese viaje era la oportunidad de tenerla face to face y saber de una vez por todas que podía pasar y que no, entre nosotros. Salir del limbo era la consigna.


Entonces con mochila a las espaldas y la nalga tiesa llegué a la Horrible una tarde de junio, un seminario de jóvenes emprendedores fue la excusa perfecta, dos días con todo pagado gracias a que soy advenedizo de un grupo ecológico integrado por ex compañeros universitarios. Concluido el seminario y sus diferentes actividades, en un día miércoles al medio día me armé de valor y me decidí a llamarla por teléfono, ella sorprendida por mi pasajera estancia en territorios que ahora le pertenecían, propuso (para mi sorpresa) un pronto encuentro en un café de Lince. Yo por tonto y perezoso acepté, léase bien, lo hice por tonto y perezoso. Y es que a veces el facilismo de las pasiones suele destruir a lo genuino de los sentimientos. Los que por una noche perdieron una vida, sabrán comprender estas líneas.


Esa tarde me puse un saco azul y zapatillas rojas, los lentes de carey más negros y gruesos que encontré, y con esa pinta de intelectual rebelde que tanto les gusta a las mujeres liberales de enciclopedia, me fui prontamente al encuentro de la mujer de mis angustias. Al observarla me di cuenta que nada había cambiado en ella, morral al brazo izquierdo, pines en la solapa, un café con leche en una de sus manos, y en la otra el Etiqueta Negra de la semana. Era la misma fiera de siempre, la sola diferencia es que se había mudado de jungla.


De un instante a otro cambio todo su condición de sofisticada chica informada de café céntrico de un miércoles por la tarde, por la de una espontánea quinceañera, saltó de un cómodo mueble y me dio fuerte abrazo, cayeron la revista y su pesado bolso al suelo, el café se salvo por escasos centímetros, y nos unimos en un romper de huesos que fue salvado estrechamente por su abrigo y mi saco.


Me invitó a tomar asiento, y en poco menos de una hora nos actualizamos de nuestras vidas, y de las vidas de esas vidas que teníamos en común, comentamos de política y del clero, me hizo un test publicado en una vieja revista que llevaba consigo, y yo le hice un breve diagnóstico de su gastritis. Me tomó de la mano cuado recordó la muerte de Benedetti, y yo la suya cuando recordé la de Saramago. Se enterneció al recordarme que aún me recuerda en sus sueños, y yo al reconocer en su recuerdo el dolor de los míos. Y luego de ese instante de sinceridad envuelta en dolor nos echamos a reír por la practicidad de nuestras mentes liberales. El nudo se había desatado con su sola pregunta: ¿estás hospedado cerca?


No escribiré líneas sobre lo que sucedió esa tarde-noche-mañana, pues las leyes de lo antrópico me lo impiden, ya que lo que sentí en ese instante difería de lo que vivía en ese presente, del mismo modo hoy estoy convencido de no estar seguro si lo que viví fue lo que realmente viví, y quizá en un tiempo dude también de mis actuales dudas.


Lo que sí puedo escribir es que a la mañana siguiente el ruido del agua que discurría por el lavatorio me despertó de un porrazo, ella había abierto la ducha tan de golpe como de golpe abrió mi corazón al decirme la tarde anterior que aún me extrañaba. Mientras ella empezaba a tomar una ducha, yo empezaba a despertarme. Con los ojos entreabiertos miré a mi alrededor y empecé a sentirme un victorioso gladiador de esa arena en que se había transformado la habitación, tendido en las sábanas color rojo que le daban una apariencia medio putañesca a la cama (ideal para sus fines) observaba mi cuerpo reposado y lleno de un vigor que me animaba.


Me sentía poseedor de todo lo que me rodeaba, material e inmaterialmente, que por unos momentos olvidé que esa mujer desnuda en la ducha hacía varias lunas que no era mía, si es que alguna vez lo fue. Entonces empecé a realizar ese ritual neurótico y estúpido que consiste en revisar las pertenencias ajenas, ese escrutinio innecesario que te lleva a buscar lo que no quieres encontrar, y que casi siempre terminas encontrando.


Abrir su cartera no fue difícil, la ha usado por siempre sin cierre, y fue su agenda con lo que me encontré primero, fui directo hacia su directorio y me di cuenta que ahora tenía cuatro hojas nuevas llenas de nombres, direcciones y teléfonos, cuatro hojas en cuatro meses no está nada mal pensé, a mí me hubiese tomado eso cuatro años. Busqué en su agenda que hizo el día seis de mayo (último de nuestros aniversarios –celebrado a la distancia-) y encontré solo una estrellita pegada que decía: “día importante”. Sonreí. De pronto algo empezó a vibrar, era su celular anunciando la llegada de un mensaje de texto. Instintivamente y sin remediar en las consecuencias presioné el botón de lectura, el remitente era un tal Juan Martín y el mensaje decía: “Si encendemos el cielo por la noche, es deber recoger las estrellas por la mañana, te extraño mi amor”. A veces me parece increíble la manera fotográfica con la que puedo recordar ese mensaje. No tuve tiempo ni de pensar en el contenido cuando le sentí salir de la ducha. Rápidamente camuflé su celular entre libros, artículos de cosmética y demás, me abalancé sobre la cama y apelando a mis dotes histriónicos hice la pose canina del muertito, no sé por cuantos minutos estuve panza arriba y con la boca semiabierta, pero fueron los minutos suficientes para quedarme otra vez dormido (la tarde-noche anterior había sido muy larga), y para que ella sentada sobre el filo de la cama se untase todo tipo de menjunjes que le supieran quitar el olor a mí.


Al despertar por segunda vez quise cree que el mensaje leído en su celular habían sido solo un mal sueño, de esos breves que uno tiene entre sueño y sueño, pero no era así, todo era real, mi desilusión, su ausencia, todo. En el espejo de la habitación, donde horas atrás deliramos al observarnos mientras hacíamos el amor, colgaba un post color azul escrito en tinta roja. Ella había escrito: “Carlitos, tengo reu de grupo, tú sabes mi examen es en unos meses. Llámame. Tú ángel”. Evidentemente la llamé por la tarde, y también por la noche, y también lo volví a hacer por la mañana del día siguiente cuando mi bus se detuvo en Trujillo. Pero no respondería a mis llamadas y a mis correos, sino hasta después de varios días.


Nunca supe si esa mañana de miércoles del mes de junio, al verme dormido se despidió de mí con un beso, si se río de mí antes de cruzar la puerta, si revisó también mi celular, o si la prisa le hizo olvidar hacer todas las anteriores. Solo sé que esa tarde-noche-mañana, me agarró de “su agarre”, como lo hizo durante todo el verano. Al final y quizá sea como dicen Los Pericos, me fue falta la experiencia para que no me tomen de relajo, y también me fue falto el orgullo y vanidad. Ahora solo queda seguir meditando si quiero seguir bailando o no de su rock and roll.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

que historia para más interesante...en realidad no creo q seas de los chicos q se enamoran rápido, pero no te he terminado de conocer, quién sabe?ASí son las cosas a veces, muchas veces las personas solo buscan vivir el momento y se olvidan de los sentimientos de las personas con quien pasan ese tiempo que para ellas o ellos es diversion, muchas veces los ¨players¨ terminan x ser los utilizados, lo mismo pasa con las chicas q no se quedan atras, ahora hombres y mujeres actuan de igual forma, es por eso que a algunos hombres les toca lo q a muchas mujeres les tocaba pasar antes, cuando la mayoria de los chicos se referia a ellas como mi agarre.Puede q haya bailado en algunas ocasiones ese tipo de Danzas y siempre hay alguno q pierde puede ser el hombre o la mujer. Aunque a veces x mutuo acuerdo y cuando los personajes son Frivolos pues no hay daño de ningun tipo.

Anónimo dijo...

No pude evitar leerte... y sólo me queda decirte que apesar de todo tengo que resaltar tus dotes de gran artista escribes maravillosamente lindo!!!
Me encantó...

Carlos Ortiz Garrido dijo...

Si no tienen cuenta de Blogspot, al final de sus comentarios pueden poner su nombre. Se los agradecería.

Anónimo dijo...

buenazoo!! Congratulations!!....en estos dias casi todo lo q hace el hombre lo hace la mujer y el "agarre" no es una excepcion jaja!!. sin embargo el "agarre" siempre termina siendo un problema xq si bien uno de los dos cree q es un agarre nada mas el otro piensa q es el amor d su vida y entonces q pasa??...por eso si quieres tener un agarre primero asegurate q la otra persona tambien sepa q solo es un agarre!! eso evita enamoramientos frustrados!!......muy bueno tu articulo!!... q tanto de real tiene? !!....susan!!!

Carlos Ortiz Garrido dijo...

A Susan: Da miedo ser leído por el ojo clínico de una comunicadora social, lo bueno es que re referiste únicamente al fondo...ufff. Si las personas que escriben lo hicieran solo de experiencias propias, tendrían que haber tenido mil vidas. Me alegra que empieces el hábito de leerme. Besos.

Unknown dijo...

Muy buena la entrada, si que en el dia dia se ve mas el tema de los agarres, y ahora creo que es más comun verlo en las chicas. No te conocia como el chico que se enamora rapido,aunque no creo que lo seas, pero cada quien tiene un ser escondido que muchas veces no lo demuestra a toda la gente. Con la experiencias uno aprende, pero creo es mejor saber que pasa o sienten ambos, para no terminar hiriendo o perdiendo quizas al verdadero amo!!!

Anónimo dijo...

A que se deben tus líneas.. siempre digo que cuando te inspiras, expresas de una manerasincera e intensa tu diario existir... Pero que paso en este caso ¿? no entiendo ¿?
Hoy por hoy el termino "agarre" es muy popular en hombres y mujeres y supuesta en escena estan fácil que ya no existen las inhibiciones... Pero no todo es fácil ya que unos de los dos puede terminar lastimado y si las cosas no están claras,diáfanas y entendidas desde un principio, el tonto (a) sale perdiendo y el otro bien gracias.... en fin

Ahh yo tampoco creo que eres de los chicos que se enamoran rápido... dificillllllll

PD: estare revizando de vez en cuando tu bolg para ver con que nuevas apareces....

P.D: Mi estimado Carlos se te quiere muchooooooo : )... 2M
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Anónimo dijo...

A que se deben tus líneas.. siempre digo que cuando te inspiras, expresas de una manerasincera e intensa tu diario existir... Pero que paso en este caso ¿? no entiendo ¿?
Hoy por hoy el termino "agarre" es muy popular en hombres y mujeres y supuesta en escena estan fácil que ya no existen las inhibiciones... Pero no todo es fácil ya que unos de los dos puede terminar lastimado y si las cosas no están claras,diáfanas y entendidas desde un principio, el tonto (a) sale perdiendo y el otro bien gracias.... en fin

Ahh yo tampoco creo que eres de los chicos que se enamoran rápido... dificillllllll

PD: estare revizando de vez en cuando tu bolg para ver con que nuevas apareces....

P.D: Mi estimado Carlos se te quiere muchooooooo : )... Mirna
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Carlos Ortiz Garrido dijo...

Muchas gracias 2M...pero agregando a mis líneas anteriores: los cuentos cuentos son. Así que, si eso de que me enamoro o no con facilidad, es una percepción y jamás un postulado. Un beso enorme y me agrada saber que eres asidua visitante de mi empedrado de letras. También se te quiere mucho.

Anónimo dijo...

Quien diria que ahora los hombres tambien pueden ser llamados "agarre" y porq no decirlo.. han sido "utilizados" para salir de la rutina, llenar un vacio o sencillamente para pasarla bien, es una venganza feminista...En estos tiempos de pensamientos liberales y de igualdades entre hombres y mujeres, es complicado diferenciar que papel nos toca interpretar, simplemente hay que estar atento al golpe inesperado... para darlo o para recibirlo ...

Felicitaciones por tus lineas..son buenas...

cdt