domingo, 7 de junio de 2009

Retorno contracorriente


Nace salvaje en el río. Y de pequeño revolotea en aguas dulces, pero la sal que con su ardor enseña, lo llama. Así de joven emprende a la mar, y crece en aguas lejanas.
Incomprendido por quienes lo estudian, él conoce de boletos de ida y vuelta. Por eso ya maduro y fértil retorna a donde nació, a su dulce río. Y retorna contra la corriente, y retorna dando brincos, unos por las necesidad, otros por la alegría. Y así retorna en un viaje que lo hace único.
Ya de vuelta en su río lucha contra vironeros y fecunda a la hembra, y fecunda la imaginación de quienes lo alegorizamos. Es el Salmón. El salmón que ornamenta mesas en conciliaburus de la vanidad, que alimenta osos, que da nombre a discos, sobrenombre a sus autores, y a otros solo una quimera: ser un salmón. Pero yo que sé mucho de molinos quizá y mañana despierte en un sueño donde tengo escamas, las piernas unidas y menee la cola. Y quizá así retorne a mi casa que está al otro lado de la corriente, y fecunde a la hembra.